Gusta lo mires por donde lo mires, de norte a sur y de sur a norte, desde sus magníficas playas hasta el interior montañoso y viceversa. El puerto Hoi An, las ruinas Champa o la insólita bahía de Halong con sus cientos de puntiagudos islotes son unas de sus múltiples maravillas. Combinación exquisita de sabores dulces, salados y ácidos, la gastronomía vietnamita es pura armonía sápida, y cada vez que necesites algo, siempre encontrarás a un vietnamita dispuesto a ayudarte, donde sea y a la hora que sea. Es gente trabajadora, capaz de improvisar y de adaptarse a los cambios como nadie. Quizá sea ese el mejor recuerdo que te lleves de vuelta a casa