Al volante de nuestro propio coche salimos de Glasgow tras conocer su principal cervecería rumbo a las Tierras Altas, un paisaje de profundos valles, oscuros y caudalosos ríos y sonriente gente (entenderles será ya otra historia). En este periplo con un claro enfoque gastronómico habrá festín de marisco frente al mar, una inmersión en la historia del whisky y catas de quesos, pescados ahumados y ginebra. En Edimburgo será la cena de despedida y, quien sabe, quizá nos atrevamos con un plato de ‘haggis’ a estas alturas del viaje. Pero no todo consistirá en comer y beber, pues veremos cómo se comporta un auténtico perro pastor en el campo, el mimo con el que se cuidan a las vacas en las Highlands, lo espectaculares que son los castillos escoceses y si es verdad lo del monstruo del lago Ness. No teman. Tampoco de conducir por la izquierda.