Un convento de las clarisas en pleno casco antiguo de Cartagena de Indias es la ubicación excepcional de este hotel con una cuidada oferta gastronómica
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Hotel Sofitel Santa Clara
Un convento de las clarisas en pleno casco antiguo de Cartagena de Indias es la ubicación excepcional de este hotel con una cuidada oferta gastronómica
Se recrea la historia de Cartagena de Indias en cada detalle del hotel y su ubicación es excepcional: en pleno casco antiguo. Para más señas: algo apartado de su zona más bulliciosa y escondido detrás de una muralla de terracota junto a la muralla norte, lo que significa que goza de vistas al Caribe. Su piscina al aire libre es la más grande de la zona y su oferta gastronómica se ha sabido poner al día.
check-in
A su vez, todos los principales hitos para el viajero están a un corto paseo de las puertas del hotel. Perdiéndonos por el laberinto de calles llegaremos a la plaza de Santo Domingo y la de Bolívar, a la Torre del Reloj, al hogar de Gabriel García Márquez en esta ciudad, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1984.
El edificio se construyó en 1621 como convento para las monjas de la orden de Santa Clara, también conocidas como las “clarisas". Su transformación en hotel tuvo lugar en 1995, conservando buena parte de sus características originales. La entrada, discreta, lleva a los huéspedes a través de un gran arco de mármol a un coqueto claustro histórico. Las plantas tropicales dominan el patio abierto, que tiene en el centro el pozo de agua, símbolo de pureza para las religiosas. La historia del lugar se palpa en criptas, confesionarios, pinturas, puertas de origen eclesial y balas de cañón usadas en el pasado para disparar a los buques piratas que asediaban la ciudad Heroica, el principal apodo de Cartagena de Indias. García Márquez usó de inspiración este escenario para escribir el libro ‘Del amor y otros demonios’ y en él se rodaron numerosas escenas de su adaptación cinematográfica.
Habitaciones
Lo que fue una vida de privación se ha revertido para brindar el máximo confort a los huéspedes. Un conserje de blanco impoluto sale a recibir nada más cruzar el umbral y un servicio de mayordomo está disponible las 24 horas para todas las estancias de categoría superior. Sus habitaciones se dividen entre la zona “colonial", en el viejo convento, y la "republicana", en un hospital de construcción más moderna. En sus 123 habitaciones estándar predomina la decoración en blanco, con vigas de piedra lavada, suelo de madera y balcones mirando al interior y al Caribe (cuanto más ascendamos, mejor lo veremos). Existe menú de almohadas y sobre estas se deja un pequeño folleto con historias y leyendas del lugar para que la inmersión en el pasado del lugar sea más completa.
Comer
El restaurante gourmet 1621, ubicado en el antiguo comedor de las clarisas, está considerado uno de los mejores de Cartagena. Cuenta con una vinoteca contigua y sirve un menú donde se fusiona la cocina francesa con ingredientes del Nuevo Mundo. El bistró El Caustro, más distendido, está abierto para el desayuno, el almuerzo y la cena (bufé y a la carta).
El hotel dispone también de spa, gimnasio, hammam, guardería infantil y 6 salas de reuniones.