El cuidado de la piel

Después de mucho tiempo sin apenas volar, hemos comenzado a retomar la normalidad de realizar vuelos de larga duración con el placer que supone iniciar unas maravillosas vacaciones y disfrutar de unas merecidas vacaciones. Sin embargo, los largos viajes suponen muchas horas dentro de un avión. Por ello, es importante saber que debemos tomar ciertas precauciones para no sufrir, sobre todo, una deshidratación que supondría facilitarte el camino a la aparición de determinadas arrugas y la incomodidad de la tirantez en el rostro y cuerpo. 


Es por ello que en todos nuestros centros The Beauty Concept realizamos un diagnóstico personalizado que nos detecta qué tratamientos debemos aplicar en la piel o qué rutina de cosméticos son aconsejables para prepararnos para el viaje, antes, durante y después, como indicaba al comienzo. En base a ello, una terapeuta de The Beauty Concept se encargará de diseñar el protocolo a seguir y los tips que ayudarán a cada viajero a vivir la experiencia de Utópica de forma más sana para la piel y el cabello.

“Los efectos del jet Lag suelen durar entre 3 y 7 días, dependiendo siempre del destino de llegada y origen.”

Los efectos del jet Lag suelen durar entre 3 y 7 días, dependiendo siempre del destino de llegada y origen. Por ello, hemos establecido algunas pautas que nos ayudan a cuidar la piel antes, durante y después de un vuelo. No olvidemos que la alimentación, el estrés que supone si te da miedo volar y el ejercicio son cruciales que estén bajo cierto control para mejorar el viaje y, sobre todo, tu estancia en destino.

¿Qué hacemos antes del vuelo?

Si podemos, intentar adaptarnos unos días antes de viajar a nuestro destino final y a sus horarios. Si reservamos el viaje con tiempo es importante que elijamos bien los horarios del vuelo al destino elegido para aminorar las horas de diferencia que tengamos. Si viajamos de noche y al destino al que llegamos es de día, mi consejo es tratar de dormir en el avión para que cuando lleguemos nos incorporemos al día a día del destino elegido con mejor facilidad.

Si no podemos dormir de forma natural, podemos ayudarnos de infusiones relajantes, valeriana, melatonina, etc. Si, por el contrario, aterrizamos de noche en el lugar al que viajamos, será mejor no dormir en el avión y retomar el sueño en destino. Es importante que subamos al avión sin estrés y relajados para no alterarnos en el vuelo y llegar descansados. Ya durante el vuelo es fundamental que nos movamos por el avión cada una o dos horas durante unos quince minutos para así evitar posibles problemas cardiovasculares que puedan surgir.

¿Nos deshidratamos en un avión?

Viajar en avión añade un extra de estrés a nuestra piel y esto se debe a varios motivos. Debemos hidratarnos por dentro y por fuera, así que habrá que empezar bebiendo agua de forma continuada. Además, la sequedad de la cabina es elevada para garantizar su presurización, para lo que es necesario el bombeo constante de aire del exterior que tiene una humedad muy inferior a la que estamos acostumbrado. Esto provoca que las mucosas se resecan y la piel puede volverse tirante. Si la piel es seca, se resecará aún más y, si es grasa, producirá más sebo de lo normal. Hidratar de forma continuada la piel y los labios, es ideal; para ello debemos ir preparados de muestras de cremas o ajustarnos a las medidas que dejan subir en cabina de líquidos.

Debemos tener una atención especial para las ojeras y bolsas, de ahí la reiterada recomendación de ayudarnos bebiendo agua y aplicando productos en el contorno de los ojos con un ligero masaje de drenaje linfático. No olvidemos el colirio porque los ojos también sufren esa deshidratación. También debemos estar alerta con la retención de líquidos por inmovilidad y por los cambios de presión, e incidimos de nuevo mucha agua nos ayudará en la eliminación de toxinas y evita en gran medida la hinchazón de las piernas. 

Además, evitar el alcohol, viaja con ropa cómoda y elige comidas proteicas (carne, pescado, huevos, soja) proporcionan más energía, mientras que las ricas en carbohidratos (pan, pasta, arroz) potencian la somnolencia. Crucial que evitemos la cafeína porque luego produce un descenso brusco de la misma.

¿Y qué hago al llegar a mi destino?

Además de beber mucha agua durante el día (no menos de dos litros), es importante realizar ejercicio a diario y acudir a un centro médico estético y realizar algún tratamiento post jet lag. Algunas propuestas muy beneficiosas son: 

· Drenajes linfáticos y presoterapia para bajar la retención de líquidos y el incómodo y, a veces, dolorosa hinchazón.

· Masajes manuales para moldear el cuerpo.

· Tratamientos détox para eliminar toxinas; envolturas de algas o mascarillas détox.

· Tratamientos de Indiba.