Lord Carnavon y Egipto

Lord Carnavon y Egipto

Nacido en 1866 en el Castillo de Highclere, Reino Unido (escenario principal de la serie Downton Abbey), la vida de George Edward Herbert, V conde de Carnavon, cambió sustancialmente a los 37 años tras un accidente de automóvil,. Con la salud debilitada, los médicos le recomendaron viajar los inviernos a un lugar más cálido. 

Egipto estaba en la mente de los aristócratas ingleses desde hacía tiempo y varias excavaciones habían llevado los tesoros de los faraones a los palacios británicos, así que no fue una elección extraña.

Egipto estaba en la mente de los aristócratas ingleses desde hacía tiempo y varias excavaciones habían llevado los tesoros de los faraones a los palacios británicos

A los pocos años, Lord Carnavon ya era un entusiasta egiptólogo. Tenía los medios para financiar excavaciones, pues a su fortuna había unido la de su mujer, hija secreta de Alfred Rothschild. Ambos decidieron apoyar al arqueólogo Howard Carter. Aunque muchos le desaconsejaron hacerlo; Carter llevaba años en Egipto y había estado ligado a varias excavaciones, pero era polémico y había tenido numerosos incidentes con sus grupos de trabajo. En 1907, se ganaba la vida vendiendo acuarelas tras haber sido despedido de su último trabajo. A pesar de todo, Lord Carnavon le escogió, seducido por sus técnicas de arqueología modernas. Nunca se arrepintió, pero estuvo muy cerca de hacerlo...

 En 1914 obtuvieron permiso para excavar en el Valle de los Reyes, cerca de Luxor, allí donde se encuentran las tumbas de la mayoría de los faraones del imperio nuevo.

En 1914 obtuvieron permiso para excavar en el Valle de los Reyes, cerca de Luxor, allí donde se encuentran las tumbas de la mayoría de los faraones del imperio nuevo. Tras años de búsqueda infructuosa sobrevino la inquietud y la desesperanza, en 1922 no habían hallado nada y Lord Carnavon amenazó con retirar los fondos a Carter. Suplicando, le convenció para financiar un año más. En noviembre, un aguador de la excavación tropezó con una piedra derramando un chorro de agua, que rápidamente se coló hacia el interior de la tierra. Resultó ser el primer escalón de una escalera.

Tras cavarla hasta el final apareció la puerta de una tumba con los cartuchos intactos, una fastuosa tumba que permanecía sellada y nunca había sido profanada. Recibidas las noticias en el Castillo de Highclere, Lord Carnavon viajó a Egipto para presenciar la tan esperada apertura. El 26 de noviembre de 1922 realizaron una pequeña hendidura en la esquina superior de la puerta. Deslizando la mirada a la luz de una vela, el arqueólogo se emocionó.  

- ¿Ve algo? – preguntó Lord Carnavon 

- Sí, veo cosas maravillosas... -respondió Howard Carter al ver el brillo de la luz en el oro y el marfil.  

Acababan de descubrir la increíble tumba de Tutankamón.